Ðavid A. Osorio S

Depende a qué te refieras con conservadurismo y derecha. Si haces referencia a actitudes autoritarias y posturas reaccionarias, lo que yo considere no importa. Lo que importa es lo que diga la evidencia (aprovecho para aclararle a @Escepticodejalisco que siempre que digo que lo que yo opine no importa es porque estoy respondiendo por asuntos fácticos que, aunque uno puede tener una opinión al respecto, es mejor responder con las afirmaciones que se pueden sustentar con la mejor evidencia disponible) y, en este caso la evidencia es clara; para los jóvenes de hoy resulta muy poco esencial vivir en una democracia: https://pursuit.unimelb.edu.au/articles/liberal-democracy-why-we-may-be-losing-it

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Si te refieres al eje económico izquierda-derecha, no sabría decir. He encontrado gente joven de derechas y gente joven de izquierdas, pero no tengo números a la mano

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Comparto tu postura. De la Calle me parece un gran candidato presidencial, aunque no apruebo su fórmula VP ni su cercanía con Mockus.

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Lamentablemente, como estan las cosas, nuestro remedo de democracia está diseñado para que gane el menos peor, así que teniendo en cuenta las encuestas, yo creo que va siendo Fajardo para evitar:

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1) Los caudillos de mierda hambrientos y viudos de poder (Petro y Uribe)

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2) Al cretino que cree que el país es su jardín trasero y que la Presidencia es un derecho adquirido por nacimiento (Vargas Lleras), en nombre del cual puede hacer y deshacer

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3) Los reaccionarios (que en Colombia todos lo son, pero el título se lo lleva el inquisidor de Ordóñez, y las coimas de la Iglesia, el partido Conservador, que estarían con Ramírez).

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Mejor dicho, tocaría votar por los semidemocráticos, que son De la Calle y la Coalición FLR. Y en vista de que De la Calle no despega, va figurando votar por Fajardo (que no es algo que me haga particularmente feliz... aunque el schadenfreude de que no ganen los anti-democráticos tal vez ayude a compensar)

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Sí, aunque no en el sentido político-determinístico que le da la derecha ("alguien que nace pobre nunca dejará de ser pobre", o "los pobres lo son porque quieren"), sino en mecanismos psicológicos que significan seguir atrapados en trampas de la pobreza, normalmente asociadas a sus escalas de valores personales.

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Por ejemplo, la oposición al aborto y el acceso a métodos anticonceptivos (por lo general sin tener una fortuna para poder ofrecerle una vida medianamente decente a cualquier 'bendición' que traigan al mundo antes de finalizar una carrera y tener alguna trayectoria profesional), la corrupción, o promover la dichosa "soberanía" alimentaria, sembrar orgánico y/u oponerse a los transgénicos siendo campesino.

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Pues eso son mentalidades de pobre. Es increíble lo verdaderamente costoso que puede salirle a la gente el sentimiento de superioridad moral, ¿no?

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Primero aclaremos que en las verdaderas democracias, los partidos y las elecciones son producto de esta, pero no significa que todos los lugares donde hay partidos y elecciones haya necesariamente democracia o se esté en camino hacia una. Y es necesario hacer esta aclaración, porque los que justifican dictaduras como la venezolana salen con la idiotez de que Maduro fue elegido por mayorías (que lo mismo se puede decir de Uribe, y de Hitler).

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Pero es que cualquier dictadura puede simular los síntomas de una democracia (partidos y elecciones), sin que haya una. Cuando sale el tema, siempre recurro a una cita de mi amigo venezolano Ylmer Aranda ( https://sabiduriaheretica.wordpress.com/2016/01/05/venezuela-bananera-en-marcha-iv/ ): "[...] si en Venezuela se inhalara y exhalara el oxígeno de la libertad debido a sus comicios electorales, también lo harían Irán y Arabia Saudita. El origen de este error está, pues, en la concepción idealizada del Estado moderno en el que se enfatiza lo idóneo de las elecciones universales, directas y secretas, mientras se olvida que el sistema electoral sólo nos dice que la gente vota; no nos dice cuán libre es un país, ni si sus habitantes son felices, o si éstos viven bien o mal. La democracia es, por ende, mucho más que una papeleta metida en una caja: es un conjunto de elementos sociales, políticos, económicos y sobre todo jurídicos que expresan si el *poebloh* es efectivamente representado y respetado tanto por sus autoridades como por sus instituciones".

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En Colombia, los ciudadanos no somos respetados ni por nuestras autoridades ni por nuestras instituciones. En el mejor de los casos, vivimos en una pocilga feudal kafkiana, donde se le hace la vida imposible al ciudadano de a pie, donde el imperio de la ley sólo funciona (y a veces, y a medias) para los grupos con suficiente masa crítica para hacer presión, donde la gente vota por el tipo que les regaló comida o casa, donde todavía tenemos gentuza haciendo campaña política con "valores" (lo que es completamente antidemocrático, porque la democracia es un sistema de valores superior a los "valores" tradicionales, que suelen resumirse en autoritarismo), donde la gente odia a Uribe pero ama a Petro (dos impresentables caudilletes de medio pelo, un Pinochet y un Chávez colombianos) —o viceversa—, donde la cultura dicta que lo importante no es ganar sino hacer perder al otro. Aquí hay partidos y los seguirá habiendo mientras haya muertos de hambre medianamente carismáticos que apelen a los más bajos y oscuros sentimientos de la ciudadanía.

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Para ser una verdadera democracia a Colombia le falta todo: respetar los DDHH, las libertades individuales, repudiar la corrupción, abrazar una verdadera separación de poderes (para que haya pesos y contrapesos), acoger el imperio de la ley, tener leyes sensatas y tratar de hacerle la vida más fácil, agradable y llevadera a las personas. Mejor dicho, estamos a años luz.

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Los Millenials somos la generación más estudiada en la historia (aunque seguramente la Generación Z será aún más estudiada).

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El problema realmente radica en lo que los seres humanos entendemos por estudiar. Mientras unos se aplican con el método científico, otros simplemente "estudian" formulando hipótesis populares o que pueden ser observaciones agudas, sin molestarse en explorar cuál es su alcance explicativo ni contrastarlas seriamente (con datos, estadísticas, estudios de causalidad); simplemente las dan por ciertas, porque les suenan bonito o resuenan con sus creencias preconcebidas, y escriben libros y columnas de opinión, y dan entrevistas sobre X o Y, en una especie de orgía de cherry-picking y sesgos de confirmación. Y los Millenials no hemos sido la excepción como objeto de estudio.

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Así que tenemos desde explicaciones de conversación de cafetería bañadas en prosa pomposa para decir alguna cosa típicamente cascarrabias ("Los Millenials son los más egoístas", "Los jóvenes están absortos en los celulares", que es la traducción actual de "Estas generaciones de hoy están perdidas" que a todos nos han dicho) hasta afirmaciones que tienen sustento empírico.

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Por ejemplo, la generación Millenial bebe menos, se droga menos, y tiene menos sexo que los baby-boomers: https://link.springer.com/article/10.1007/s10508-016-0798-z y https://drive.google.com/file/d/0ByM0V4NkNyHsekJrWTNkaTZfUDA/view

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Y también es cierto que la generación Millenial es la que considera (¡¡muchísimo!!) menos esencial vivir en una democracia: https://pursuit.unimelb.edu.au/articles/liberal-democracy-why-we-may-be-losing-it

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No creo que sea una cosa de "los Millenials", sino de "los objetos de estudio de la raza humana", uno de los cuales resulta ser la generación Millenial. Y entonces habrá desde especulación y afirmaciones gratuitas, hasta afirmaciones basadas en la mejor evidencia disponible, pasando por observaciones agudas y medias verdades mezcladas con medias mentiras.

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La cosa es exigir evidencia por cada afirmación y relación causal que nos ofrezcan. Como de costumbre, no espero que el periodismo colombiano en general vaya a hacer así la tarea.

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