Ðavid A. Osorio S

No, no me considero. *Soy* de izquierda: http://ask.fm/Daosorios/answer/125239131634

Prefiero no usar el término "socialista" porque significa cosas diferentes para diferentes personas, así que identificarme como tal ayuda más a la confusión; si estamos hablando de economía prefiero decir que defiendo un Estado de bienestar o que soy keynesiano: el Estado debe ofrecer educación y sanidad universales, seguro de desempleo y regular la economía para evitar los monopolios y garantizar la competencia; todo esto contando con mecanismos de redistribución de la riqueza efectivos.

A pesar de que me inclino al Estado de bienestar, creo que la receta debe cambiar de país en país, ya que cada cultura responde diferente a los incentivos. Supongo que para ciertas sociedades será más beneficioso un Estado de bienestar más grande y para otras será preferible una economía menos proteccionista, aunque esto debería determinarse con estudios sociológicos y no con ideología.

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De una respuesta que dí sobre globalización ( http://ask.fm/Daosorios/answer/110864208114 ):

"Como consumidor, la idea más destacadamente retrógrada que puedo tener es preferir un producto por ser nacional. Los gobiernos han alcahueteado la mediocridad de muchos sectores y no han sido pocos los que se han visto beneficiados por ello (hablando en términos de ganancias netas) y a la vez se ha dificultado, obstaculizado o imposibilitado la industrialización. Ahora que llega la globalización, todos están asustados y dan pataditas de ahogado, pensando que se van a quebrar. Los gobiernos no hicieron su tarea y, más temprano que tarde, alguien tendrá que pagar los platos rotos. Ya se inventarán algún ridículo modo de salvar a los sectores consentidos".

Amplío un poco: no sé por qué la gente espera que uno le deba lealtad a las personas con las que se comparte país de nacimiento. Eso tiene tanto sentido como deberle lealtad a las personas que nacieron a la misma hora que uno.

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Me parece que es de las pocas senadoras medianamente serias de Colombia, una muy buena investigadora y una mujer supremamente valiente. Sin embargo, tengo profundas diferencias con ella.

Por ejemplo, me decepcionó terriblemente durante las elecciones cuando nos acercamos a su campaña para que se sumara a la defensa del laicismo (que no es más que la separación de Estado e iglesias; o sea la base de la democracia) y su respuesta fue: "Yo no manejo eso; ese tema es más de Angélica [Lozano, su pareja y fórmula al Congreso]". Si no le acepto esa respuesta a alguien recién salido del bachillerato, mucho menos a una *politóloga* del Externado, con maestría en administración pública de Columbia y candidata a doctorado en Ciencia Política; pues no, eso es inaceptable.

Por el mismo motivo, creo que pone su seriedad en tela de juicio cuando dice que no es "ni de izquierda ni de derecha" (para mí, eso automáticamente la hace de derecha). Me parece chocante que una persona con esa trayectoria académica y que en su trayectoria política ha denunciado la mafia, desafiado a más de un expresidente e investigado las atrocidades de los paramilitares no pueda decir si está a favor de mantener el statu quo o si quiere cambiar las cosas. Para estar tan comprometida con algunos temas, ciertamente le falta compromiso para otros que ni siquiera deberían suponer un reto o conflicto de intereses.

También me parece inconcebible que habiendo llegado al Senado por su arduo trabajo y compromiso, haya apoyado las listas cremallera (o sea, obligar a los Partidos a inscribir listas hombre-mujer-hombre-mujer) que, básicamente, es decir que las mujeres no pueden ser elegidas por mérito sino que necesitan cuotas (y lo peor es que a eso le llaman "representación de las mujeres en el Congreso", como si tener a más analfabetas funcionales como María Fernanda Cabal o Paloma Valencia redundara directamente en beneficio de las colombianas y como si la postura frente al aborto y la violencia doméstica dependiera del sexo; una ridiculez políticamente correcta pero no por eso menos ridícula). No sé cómo alguien que llegó por mérito al Congreso pretende que de ahora en adelante el tiquete esté más fácilmente garantizado gracias a la posesión de una vagina.

Y su cruzada contra la comida rápida me parece populismo del peor: http://de-avanzada.blogspot.com/2015/03/Alianza-Verde-contra-comida.html

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Por supuesto. De hecho, así es (al menos en los ordenamientos jurídicos de países medianamente democráticos). En derecho penal, para que una conducta pueda ser etiquetada como delito y por tanto se pueda proferir una condena, dicha conducta debe ser una acción típica (o sea, que se encuentre sancionada en el código penal), antijurídica (que sea contraria a derecho) y culpable (que el autor sepa que lo que hizo está mal y que sabiéndolo hubiera podido actuar de manera diferente). Como buen determinista, al negar el libre albedrío, yo insisto que el requisito de culpabilidad debe ser reevaluado porque, *técnicamente*, nunca nadie puede actuar de manera diferente a como lo hizo, pero esa es otra discusión: http://de-avanzada.blogspot.com/2015/03/dano-cerebral.html . Volviendo a la pregunta...

Precisamente, lo que define las causales de justificación es la no exigibilidad de otra conducta: el hurto famélico y la legítima defensa, por ejemplo, son comportamientos que los académicos del derecho penal han encontrado que estarían eximidas de sanción porque no llenaría el requisito de antijuridicidad. Entre robar un pan y morirse de hambre, el bien jurídico de la vida es mucho más valioso que el de la propiedad del pan, por lo que de la ponderación de los dos derechos prevalece el de la vida.

Supongo que el caso de quien comete un delito bajo coacción tendría que entrar a una ponderación de si el bien jurídico que se salvó era de igual o mayor valoración jurídica que el afectado; lo que se llama estado de necesidad justificante.

El de empatía (como la eutanasia), no es un delito si hay consentimiento del titular del bien jurídico que se va a ver afectado.

La ira e intenso dolor eximen de culpabilidad porque en ese momento la persona, aún sabiendo que lo que hacía estaba mal no pudo evitar hacer lo que hizo; es lo que pasa cuando uno se sale de sus cabales. (Claro que esto debe ser probado en juicio, con peritos psicólogos; no es simplemente aducir que uno estaba fuera de sí y salvarse.)

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Claro que tiene sentido.

Que todos tengan el mínimo básico vital no significa que no haya desigualdades: puede que en ese país siga existiendo privilegio religioso y que los ateos no gocen de los mismos derechos a los que deberían tener acceso; pueden existir leyes que perpetúen la desigualdad como exigir cuotas de mujeres, negros, gays u ojiazules en las empresas o las listas a Parlamento, puede ser que sigan existiendo circunscripciones especiales; puede que la marihuana esté legalizada pero se persiga a los consumidores de cocaína y heroína; podrían persistir disparidades en la edad de jubilación, o en el salario para las mujeres. En un país que cubre a los más necesitados y fortalece su tejido social no sería extraño encontrar leyes que privilegien ciertos estilos de vida como el matrimonio heterosexual monógamo por encima de los solteros, los dinks o las relaciones polígamas. Puede que se permita que los nativos tengan sus propias leyes, lo que perpetuaría la desigualdad propia de las sociedades cazadoras-recolectoras, favoreciendo al gurú, brujo o taita y donde se pueden presentar situaciones de maltrato infantil, violencia doméstica, machismo y condiciones de miseria para el indígena que no tiene poder político, social, religioso, o económico dentro de la tribu.

El económico no es el único ámbito de la vida humana en el que hay desigualdad, y tener garantizado el bienestar mínimo no significa que la desigualdad económica desaparezca.

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- Creo que es pésimo periodismo. Es como titular una nota: "Señor sufre ataque cardíaco tras tocar el piano", vamos, que puede ser cierto y cronológicamente acertado pero se está sugiriendo una relación causal que no existe. Igualmente, todos los asesinos en serie han tomado agua, pues sí, *técnicamente* es cierto, pero ¿y qué? Correlación no es causación: http://de-avanzada.blogspot.com/2014/05/correlacion.html

Todos los días se internan jóvenes con taquicardia, alucinaciones, agresividad y cuadro de esquizofrenia, pero sólo en este caso fue noticia gracias a periodistas ignorantes y/o hambre de clicks de los medios. En cualquier caso: engañan al público y promueven el pensamiento mágico y creencias irracionales.

Sabemos que el movimiento de la ouija está causado por el efecto ideomotor: http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_ideomotor . De ahí, pudo haber un millón de motivos y factores por los que las niñas terminaron en el hospital.

Así a botepronto, se me ocurren algunas explicaciones plausibles para los síntomas de las niñas: pueden ser sesgos cognitivos y procesos de razonamiento defectuosos tales como el efecto de sujeto expectante, pudo ser efecto placebo, pudieron haber consumido un alucinógeno (no necesariamente de manera voluntaria), podrían estar bajas de algún nutriente básico o haber consumido otro en exceso, y podría ser cualquier combinación de todas estas.

No fue hipnosis (que tampoco existe, pero eso es para otra pregunta), no parece actuación y no fue la dichosa tablita (que, por cierto, es un muy buen negocio: http://charlatanes.blogspot.com/2004/11/los-secretos-de-la-ouija-ja-j.html ).

-¿Cómo así creer en entidades? ¿Entidades estatales, como la Presidencia?

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Si fuera Alcalde de un lugar cuyos ingresos dependieran del turismo religioso aprovecharía para impulsar negocios que se beneficien del turismo *sin* patrocinar la religión: hoteles, museos, parques, centros comerciales, restaurantes, bibliotecas, zoológicos, caminatas (que no peregrinaciones), parques de diversiones, bares, discotecas, etc.

El Estado no tiene por qué destinar recursos a promover ninguna religión y que un municipio dependa de ello es un poco como si la localidad dependiera de la esclavitud: pues de malas. Hay unos principios básicos, primordiales, fundamentales e infranqueables de la administración pública que ninguna cantidad de dinero debería siquiera hacernos cuestionar; entre ellos está la libertad de los ciudadanos que el Estado tiene que garantizar, y la única forma de garantizar la libertad de cultos es no promover ni patrocinar ninguna religión.

La estupidez de que "París bien vale una misa" de Enrique IV aplicaba cuando no había separación de poderes, el clero metía sus garras en la política pública, no existían los DDHH, la monarquía absoluta rivalizaba y gobernaba en contubernio con señores feudales y ni siquiera teníamos la teoría microbiana de la enfermedad. En un mundo moderno, civilizado, en el que enviamos gente a colonizar Marte, hay separación de poderes, tenemos fortunas en tarjetas plásticas con bandas magnéticas, todos nacemos con los mismos derechos y somos tratados igualmente ante la ley, no hay cabida para que los recursos públicos se desperdicien patrocinando devaneos pastoriles supersticiosos.

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Pinker apoya sus conclusiones en muchísimos datos. En lo que voy del libro, él parece referirse al capitalismo en un sentido amplio, sin entrar detalles ni distinguir entre un Estado laissez-faire y uno de bienestar. Creo que eso sirvió para llamar la atención del Cato.

En su respuesta, Pinker menciona tres fenómenos relacionados: el comercio, la democracia y la pertenencia a organismos internacionales como la ONU (a la que el Cato no le tendrá cariño particularmente).

En general, creo que a Pinker le asiste razón aunque me parece que haría bien en matizar la parte de los mercados. Ahora, si está hablando exclusivamente de paz y violencia y no de desigualdad e inequidad, sería plausible pensar que el capitalismo, más o menos inequitativo, es un factor que aporta a la paz más de lo que lo hace cualquiera de sus alternativas.

Algo que no aparece explícitamente en el video es que Pinker también menciona la aparición del Estado como un factor importante de la reducción de la violencia. Supongo que eso tampoco le hizo gracia a muchos del Cato.

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No sabría clasificarme en uno u otro.

A ver, muy resumidamente, soy de izquierda porque busco que cada vez tengamos mayor igualdad y libertad; y estoy convencido de que para conseguir esto hay unos mínimos necesarios: democracia (no hablo de votaciones sino de pesos y contrapesos), respeto de los DDHH, defensa a ultranza de las libertades individuales y Estados que provean a sus ciudadanos con redes de seguridad que permitan tener un fuerte tejido social (seguro de desempleo, sanidad y educación universales), que garanticen una buena calidad de vida y que basen sus políticas públicas en la mejor evidencia disponible.

Restringiéndome a los panoramas políticos de los que tengo alguna idea (el colombiano, y le sigo la pista en distintas medidas al estadounidense, el español y el venezolano), no me parece que haya una opción electoralmente viable siquiera remotamente similar a esto.

Así como preferiría trabajar con un religioso que respete el laicismo a un ateo homofóbico, de la misma forma prefiero contar con alguien de derecha que se preocupe igualmente por los DDHH (que los hay) a un magufo de izquierda feng-shui que tenga en un altar a los Castro o la dictadura venezolana.

Puedo decir que soy de izquierda no-marxista y creo que la gran mayoría de los seguidores del marxismo y corrientes subsiguientes (estalinismo, maoísmo, posmodernismo, castrismo, chavismo) han encontrado una ideología que sirve de combustible a su odios y pasiones y que insisten en algo en lo que Marx se equivocó (Economía) mientras a la vez ignoran y desprecian (e incluso hasta traicionan, muchos de ellos sin saberlo, claro) el que para mí es el legado más grande de Marx: que le puso un alto al romanticismo. Yo especulo que si Marx viviera hoy se pegaría un tiro de ver lo que han hecho el relativismo cultural, el marxismo cultural y el posmodernismo mientras pervierten ideales inicialmente nobles.

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No sé nada sobre Geografía, pero un chapuzón en Wikipedia (en inglés, obvio) me permitió enterarme de que Harvey es un ídolo de la geografía marxista (?), una de las tres ramas de la Geografía que han pretendido despojar la disciplina de los métodos cuantitativos, empíricos y no politizados (acusándolos de ser herramientas del capital (??)).

Al parecer, Harvey está de pelea con un tal Brian Berry que, a veces, parece ser otro filósofo posmoderno metido a geógrafo y, otras veces, podría pasar por defensor de una geografía cuantitativa. Igual me equivoco.

Noel Castree y Derek Gregory publicaron en el 2006 un libro crítico del legado 'intelectual' de Harvey, tal vez ahí encuentres material, pero no puedo decir más. Como dije, no sé nada sobre Geografía y no tenía idea de que el posmodernismo hubiera hecho tantos estragos en la disciplina... que no es que sea una sorpresa.

Tal vez la navaja de Hitchens pueda ayudarte a navegar las oscuras aguas en las que convirtieron tu carrera: lo que se puede afirmar sin evidencia, se puede descartar sin evidencia. En vista de que Harvey es un geógrafo marxista, supongo que podrías leer y aplicarle las críticas que se le han hecho al marxismo. En ese caso, he leído que Bertrand Russell hizo un trabajo magnífico.

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