Semi Lunático

chimenea y vio a su mascota, su compañero, hermano, confidente y mejor amigo colgado en la pared como si de un trofeo se tratase, el cadáver de su perro estaba despellejado y lleno de heridas que parecían mordiscos.

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Oscar cayó arrodillado y llorando, es cierto, el odiaba a su familia pues siempre fue maltratado, estaba feliz con lo que había pasado pero no podía evitar sentir mucha culpa, fue lo que siempre deseo y pensó que alguien le había cumplido su deseo, medito por unos segundos y recordó a alguien.

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Alguien en su familia faltaba y enseguida se preocupo, el amaba a su madre, la amaba a pesar de que intento abortarlo hasta tres veces, lo corrió muchas veces de su casa y le marco para siempre con múltiples cicatrices en su cabeza, espalda y manos, Oscar corrió a la cocina y la encontró limpia, reviso las gavetas, la nevera, el horno e incluso el microondas.

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No encontró a su madre en la cocina, se dirigió nuevamente a la sala y se sentó en el mueble, la chimenea estaba encendida y el calor que esta le brindaba le hacía recordar una frase de un libro que una vez leyó, Oscar subió a su habitación para buscar el libro, al encontrarlo comenzó a buscar la pagina donde se encontraba esa frase pero esta había sido arrancada, se tiro en su cama pensando, tratando de asimilar lo que había sucedido, casi toda su familia había sido asesinada y su madre estaba desaparecida, estaba asustado y la idea de tener la puerta de su habitación abierta con todo lo que estaba afuera le hacía sentir mas miedo aun.

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Oscar se levanto llorando a cerrar la puerta y con fuerza la tranco, al trancarla vio que detrás de esta se encontraba clavada con un dardo la pagina perdida de su libro, la tomo y leyó lo que rezaba, ahí encontró la frase "Aun después de la muerte, el calor del amor de una madre nunca cambiara..." Oscar corrió a la cocina, al llegar abrió la nevera y saco una jarra de agua, corrió a la sala, se dirigió directamente a la chimenea y apago el fuego.

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Efectivamente, ahí se encontraban los restos calcinados de su madre, su madre había sido quemada, en la chimenea estaban las cenizas del ser que le dio la vida, Oscar grito, no logro contener sus lágrimas, el solo grito y lloro por un largo tiempo que pareció ser horas, medito por horas y se levanto, ya sabía quien había sido el asesino, estaba furioso y dispuesto a castigarle... O tal vez agradecerle, se dirigió al sótano, encendió la luz y quebró las escaleras de madera con sus eufóricos pasos.

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Oscar se dirigió a un objeto que estaba tapado con una sabana, con furia Oscar la quito y revelo el objeto que esta ocultaba, un espejo, miro su reflejo y este le sonrió, ahí lo entendió, ya sabía lo que pasaba, Oscar cerro sus ojos y susurro un delicado "Despierta"...

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Oscar despertó... Despertó y dibujo en su rostro una enorme sonrisa, pues ya sabía lo que tenía que hacer.

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