тοsнinчαn

Ya viví eso hace unos años.
Mi madre me castigó sin ir a la playa, así que me quedé sola en casa. En mi urbanización vive muy poca gente, así que siempre suele estar solitario (la gran mayoría son segundas residencias).
Yo estaba en mi habitación y escuché que tocaban a la puerta, me asomé por la ventana y vi a un hombre, pero como no sabía quien era, no quise abrir xD me daba mucho palo tener que bajar a atender a alguien que no sabía qué quería (mi casa era de dos plantas, yo estaba arriba). El hombre seguía insistiendo, no había manera de que se fuese... y yo estaba empezando a cagarme en su puta madre. De pronto, escuché que estaba hablando con alguien por el movil "seguro que es en el 9-A? es que no hay nadie...". Ahí me mosqueé un poco, pero seguí a lo mío pensando que ya se marcharía.

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Al poco rato, escuché como un ruido en la casa. Normalmente no hacía caso a los ruidos ya que es algo muy común, pero esa vez noté el presentimiento de que debía bajar. Automaticamente, empecé a inspeccionar cada habitación. Primero la cocina, incluso abrí el cajón de los cubiertos y agarré el cuchillo más grande xD pero me pareció tan tonto, que volví a dejarlo en su sitio. Después miré el bajo, asomé la cabeza por las escaleras del garaje y por último, el salón. Nunca comprobaba el patio, pero esa vez lo hice y menos mal... porque me encontré a aquel hombre saltando en mi patio.
Él se excusó con que se le había caído la bateria del movil. Agarré esa cosa que parecía la batería (ni le dediqué tiempo a ver que era), se la di y me metí en mi casa.

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En primer lugar, estamos hablando de un patio interior, donde es IMPOSIBLE que caiga algo del exterior, así que intuyo que lo lanzó para disimular. La puerta del patio estaba abierta, por lo que podría haber entrado perfectamente para hacer cualquier cosa.
Yo estaba muy tranquila, demasiado. Ni siquiera le dirigí la palabra, solo lo miraba con cara neutral (algo así como de niña de pelicula de terror xD), así que seguramente estaba más acojonado él que yo, por su forma de actuar.
No sé por qué actué así, en verdad debería haber tenido miedo o yo qué sé. Simplemente me arriesgué a plantarle cara.

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Nunca sabré qué intenciones tenía, pero no le salió bien la jugada.

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